Canto de sirenas
Jesús Encinar

Jesús Encinar
Cowboy Junkies, The Trinity Sessions

AUDIOFILIA PRÁCTICA
THE TRINITY SESSIONS


Peter J. Moore se construyó sus amplificadores Dynaco a los 13 años y sus propios altavoces a los 14. A partir de aquí este audiófilo loco se construyó o modificó todos los componentes que utilizaba en sus sesiones de grabación.
A finales de los 70, J. Moore era un joven estudiante de antropología y Dj especializado en punk y New wave en la emisora de Fm de la Universidad de Western Ontario, Canadá; en la que era obligatorio poner el 40% de contenido musical canadiense, así que empezó a grabar por necesidad, para llenar ese 40% en su programa de radio.
Como estudiante de antropología ya hacía grabaciones de música indígena con Nagra. Comenzó a ir a clubes a grabar actuaciones en vivo para llenar su cuota canadiense ultilizando un micrófono Kunstkopf (cabeza artificial, donde el micrófono iría colocado en los oídos, como si fueran auriculares), el Sennheiser MKE 2002. El programa de radio empezó a ganar reputación por sus grabaciones, que transportaban al oyente al lugar de la actuación. A partir de aquí creó su sello de punk Silent Head, pasando del Kunstkopf a un par de micrófonos de cinta Fostex y se construyó sus preamplificadores de micro, expresamente diseñados para los micrófonos de cinta.
Fundó su empresa MDI Productions en 1982 después de graduarse en antropología y comenzó a grabar clásica y jazz antes de comenzar a trabajar para ADCOM Electronics en Toronto, el mayor proveedor de vídeo profesional en Canadá, diseñando y equipando estudios profesionales de música, cine y televisión, lo que le dio un conocimiento más profundo de acústica.


"Me di cuenta de que no importa cuánto dinero gastes en tu sistema de sonido, si tienes una sala de sonido de mierda, no vas a llegar a ninguna parte".


Para sus grabaciones, Moore utilizaba una grabadora TEAC PC10, un REVOX B77 y para sus grabaciones más serias un Revox PR-99, palabras mayores damas y caballeros.
En 1985 comenzó a hacer grabación digital con la grabadora Sony SL-2000 Betamax y un procesador de audio digital Sony PCMF1 y usando una configuración Blumlein en micrófonos, es decir, colocando los micros en vertical enfrentados y girados 90º uno encima de otro, y colocando a los músicos en posición de hoja de trébol alrededor de los micros y jugando a la vez con la distancia de estos a los micros, moviendo a los músicos en vez de los micros, creando así la escena sonora que él quería antes del mezclado y masterización posteriores.



Cowboy Junkies, The Trinity Sessions

Micrófono Calrec Soundfield de cuatro cápsulas



Aproximadamente en esta misma época, durante una grabación de un trío de jazz junto a Stanley Lipshitz del grupo de investigación de audio de la Universidad de Waterloo, Moore tenía preparado su equipo y Stanley el suyo. Moore le ofrece los auriculares a Stanley y le dice: "oye, escucha esto" y Stanley se los pone, le mira y sonríe educadamente, se gira y le da los suyos y Moore dice:"Dios mío, ¿qué demonios es esto?" Se encontró por primera vez con el micrófono Calrec Soundfield de cuatro cápsulas y ahí empezó todo, el germen de todo lo que sigue.



MI DESCUBRIMIENTO



En el verano de 2001, yo estaba atravesando una mala etapa personal en la que todos los tangos me encajaban como un guante, de esas que te brinda la vida de vez en cuando para que no se te olvide lo feliz que puedes ser cuando eres feliz y apareció un "amigo de músicas" con este disco y me dijo "tienes que escucharlo", y así hice día tras día durante semanas.
No deja de ser una suerte que justo en esa etapa aciaga, apareciera este amigo con este disco y poder disfrutarlo en la soledad más absoluta en las noches calurosas de verano con un buen brandy y que los efluvios del licor y la música se vayan apoderando de uno y ya no pienses en nada. Sólo existe el momento, el instante, no hay nada antes ni después, sólo el aquí y el ahora.
Te sumerges de una manera total en la música y hasta uno mismo desaparece con esta música tan etérea como sugerente, dejándote arrullar por la voz de Margo Timmins tema tras tema, perfectamente acompañada por los músicos acariciando los instrumentos. Es imposible que sea de otra manera, con esa voz susurrándote al oído de esa forma tan sensual.



COWBOY JUNKIES
THE TRINITY SESSIONS



Cowboy Junkies es una banda canadiense formada en 1985, compuesta por los hermanos Margo, Michael y Peter Timmins, y Alan Anton. Voz, guitarra, batería y bajo, respectivamente.
El 27 de noviembre de 1987, nadando a contracorriente de la tendencia musical imperante en la época, con los discos de pop impulsados por MIDI y cajas de ritmos, Cowboy Junkies entró en una iglesia para grabar su segundo álbum en un sólo micrófono y en un sólo día, convirtiéndose en la primera banda en crear el subgénero musical que más tarde se conocería como alt-country.
El productor de The Trinity Sessions fue, como no podía ser de otra manera, Peter J. Moore .



Cowboy Junkies, The Trinity Sessions

Iglesia de la Santísima Trinidad de Toronto



Grabado en la iglesia de la Santísima Trinidad, en Toronto, que actúa como un instrumento más, coloreando cada canción, con su suelo y techo de madera proporcionando una acústica muy particular con un "zumbido" como de aire presente en todo el disco.
J. Moore eligió esta iglesia porque ya la conocía y había grabado allí antes. La alquiló por un día pero no se la dejaron cerrar al público completamente, con lo que en muchas ocasiones tuvieron que parar o desechar tomas por el ruido. Otro dato que afectó a la grabación fue la cantidad de interferencias de radiofrecuencia que recogían los micrófonos Calrec, con lo que tenían que parar y esperar a que las interferencias fueran menores.
La cantante Margo Timmins cantaba en un micro Calrec Sounfield y que iba a un par de altavoces Klipsch Heresys muy modificados por Moore, uno de ellos apuntaba al micro que estaba en el centro, idéntico al anterior, y que grabaría todos los instrumentos de la sesión, y otro altavoz servía de monitor a la cantante. Moore explica que si utilizaban guitarras eléctricas por qué no electrificar y amplificar también la voz.
La colocación exacta del Calrec para la grabación, la decidió el sitio donde el sonido de la batería era más dulce, donde sonaba mejor y a la altura de los oídos, aproximadamente a 170 cm del suelo. Una vez situado el micrófono se dispusieron los músicos en formación de hoja de trébol, excepto la cantante, que estaba un poco apartada (a unos nueve metros) ya que lo que se grabaría sería la voz que emitía el altavoz Klipsch Hereseys. Tenían problemas con el sonido del bajo y decidieron colocar el amplificador Roland sobre una silla y taparlo con una alfombra vieja que encontraron, para que cayera por detrás para taparlo, ya que era un ampli abierto por detrás y el sonido mejoró enormemente y así comenzó la grabación. Los amplis de las guitarras eran Fender Twin y Fender Precision Reverb II.



Cowboy Junkies, The Trinity Sessions

Altavoces Kef P60



J. Moore montó la sala de control en una habitación cercana, que era un guardarropa, con la grabadora Sony SL-2000 Betamax con un procesador digital Nakamichi DMP100 modificado con condensadores Apogee, teniendo que agujerear el Nakamichi para instalarlos (recordad que Moore modifica todos los aparatos que posee) y utilizando unos altavoces Kef P60 para monitorizar.
Con todo esto ya preparado empezaron a grabar, empezando por las canciones que menos instrumentación tenían. Total, que dieron las dos de la tarde y aún no tenían nada definitivo. Entre las paradas por las radiofrecuencias y que la banda tardó en entrar en calor iban pasando las horas y pronto llegaron las diez de la noche, que era la hora hasta que la iglesia estaba alquilada, con lo que J. Moore tuvo que "sobornar" al vigilante con 5 dólares, para que les dejara hasta las doce y así poder grabar todos los temas, excepto el "a capella" que abre el disco, que se grabaría al día siguiente.
El alquiler de la Iglesia costó 100 dólares, más 20 de la pizza que se comió la banda, más 5 del pago al vigilante, hacen un montante de 125 dólares que costó la grabación. J. Moore bromea diciendo que también hay que tener en cuenta el préstamo bancario de 9000 dólares para pagar los micros. The Trinity Sessions vendió 1,5 millones de copias el primer año.

Según la banda y su productor, no se utilizó ninguna mezcla, ni edición, ni sobregrabado, lo que se escucha es lo que hay, lo que sucedió ese día.

Este es un disco de los que yo denomino de "copazo", para escuchar de seguido con todo el tiempo por delante, de noche con su iluminación tenue y en compañía de nuestra bebida preferida, bebida que por otra parte, se me antoja que sea de esas que llevan un ritual para disfrutarlas: vino, brandy, güisqui o ron. Pero también para escuchar sin nada de lo anteriormente expuesto, no voy a ser yo el que haga una apología e incitación a la bebida, el Diablo me libre, pero la reseña del disco la he querido hacer así, con un copazo ficticio.





Cowboy Junkies, The Trinity Sessions




Cara A:
Mining for gold , canción tradicional cantada a capella grabada directamente al micro Calrec y no a través del altavoz y se nota. La voz es mucho más rica en detalle, más pura y también se oye ese ruido ambiente del vacío. Este tema fue el único que se grabó al día siguiente de la sesión.
Sirvámonos nuestro brandy en copa grande y démosle calor en nuestra mano para que salgan todos los aromas pasificados y de frutos secos, a la vez que aparece la harmónica comenzando el segundo tema Misguided Angel , relajémonos y olamos los aromas especiados de nuez moscada, vainilla y canela en nuestra copa que van saliendo poco a poco, al igual que van apareciendo los instrumentos en el tema, primero la voz, después las guitarras, el acordeón como de fondo llenándolo todo y la mandolina por debajo haciendo que no nos resistamos a dar el primer trago; largo, pausado, sin prisa, pues sabemos que esto va a ser una sesión para el disfrute de los sentidos.
Blue Moon Revisited (Song for Elvis) , qué decir de esta encantadora y embriagadora versión de Blue Moon, despojada de todo lo superfluo y con gran trabajo de la voz de Margo.
I Don't Get It , nos introducimos en terreno pantanoso con los gemidos de la harmónica rompiendo el silencio en la Iglesia y llenándola por completo. Gran tema de composición propia.
I'm So Lonesome I Could Cry , versión de un tema de Hank Williams muy tranquilito que entre la voz de Margo y los rasgueos de la guitarra nos hacen apurar la copa sin remedio, para ir entrando en el nirvana musical que es este disco de principio a fin.
To Love Is to Bury , el comienzo con el acordeón y el violín country no nos dejan más opción que llenar nuestra copa de nuevo. Tema muy country que anima al baile.
Llegados a este punto, nos vamos dando cuenta de lo bien que está grabado este condenado disco porque cada vez se va disfrutando más de esos toques y rasgueos de la guitarra, todo ese ambiente tan delicado que se va creando entre la voz, el acordeón y el violín. Realmente es mágico y tremendamente presencial e hipnótico al mismo tiempo.

Apunte personal: este es uno de los pocos discos que sí que da rabia tener que levantarse a cambiar de cara si se tiene en vinilo, porque te hace salir del trance en el que vas entrando con la escucha.



Cowboy Junkies, The Trinity Sessions




Cara B:
200 More Miles , posiblemente sea la mejor canción del disco, depende del día que la escuche, je, je; pero creo que es la que más me gusta de todas por cómo te va envolviendo a medida que avanza el tema y se van añadiendo instrumentos.
Dreaming My Dreams with You, una especie de nana, como un susurro musical.
Working on a building , tema tradicional con sonido pantanoso donde los haya, el bajo en ostinato con pequeños exabruptos y rasgueos de guitarra. Esto anima a apurar la copa y servirse la última, para disfrutar de Sweet Jane , grandísima versión de la Velvet de Lou Reed, basada en la versión grabada en el Club Dallas End of Cole Avenue que apareció en The Velvet Underground live en 1969.
"Es muy inquietante. Es la chica solitaria de Alabama, en el porche de su casa en una noche calurosa y, poco a poco, se está sacando las palabras de la boca" Peter J. Moore.
Curiosamente, fue el primer tema en el que todos estuvieron de acuerdo en que fue una toma maestra en la sesión de grabación. (Hacia las cuatro de la tarde, más o menos).
Postcard Blues , un blues cavernoso con quejío de harmónica incluido.
Walking after Midnight , último tema del disco que te saca de este trance que es la escucha de este álbum y en el que no se corta la grabación al acabar el tema y se oye hablar a los músicos después de terminar, como para empezar a recoger.

La verdad es que el orden de los temas en el disco es fantástico porque te van llevando a un viaje muy placentero, te hacen entrar en trance y salir de él. Es otra de las virtudes que tiene este fantástico disco, que tiene que ser un imprescindible en tu discoteca si aún no lo tienes.
Una idea de la calidad del disco, la da que el sello audiófilo Analogue Productions (Acoustic Sound, masterizado por Moore) lo editó en vinilo pese a estar grabado en digital, una de las pocas excepciones que han hecho en su extenso catálogo, debido a la grandísima calidad de la grabación. También lo editaron en SACD. De ambos dicen que el sonido es increíble y abrumador.
Estos serán la siguiente adquisición cuando encuentre stock disponible.
Yo poseo una edición normal en CD y otra en vinilo de 200 gramos y suena mucho mejor el vinilo. El posicionamiento de los músicos cambia, así como la espacialidad y profundidad de la escena sonora, superando claramente el vinilo al CD.


REFERENCIAS

Resumen extraído del fantástico artículo de Tom Doyle , en la revista Sound on sound de octubre de 2015.
https://www.soundonsound.com/techniques/cowboy-junkies-sweet-jane


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