Canto de sirenas
Jesús Encinar

Jesús Encinar
GRANDES PIANISTAS DEL SIGLO XX


"En Tower Records (cadena de tienda de discos americana) me he gastado más de lo que jamás me he gastado en una persona."
Elton John.

En los sucesivos traslados de vivienda que he ido realizando con el pasar de los años, me ha tocado embalar y desembalar los discos y el equipo hifi en cada uno de ellos. En cada nuevo traslado era evidente el aumento de cajas en número y tamaño. No hay cosa mejor que hacer una mudanza cada 5 años para hacer limpieza de cosas, ropa, zapatos y demás enseres que no utilizas y que por no sé cual oscura razón te acompañan como amigo íntimo, mudanza tras mudanza. Pues bien, yo siempre rotulé mis cajas de discos embalados como " Joyas", seguidas de un número de orden y el número parcial que hace esa caja en concreto, del total de cajas de "Joyas ", para poder colocarlas en sus estanterías de la misma manera en la que estaban, de una forma rápida y sin que en la mudanza se pudiera extraviar alguna. Hoy hablaré de la "Joya de la Corona" de mi colección de discos, de la que estoy más orgulloso y más satisfecho de su compra.


La primera vez que vi esta colección, objeto del presente artículo, debió ser al poco tiempo de editarse, tal vez en el año 1999 y fue en Madrid Rock, en su tienda de Gran vía 25, en su mítica sala de clásica. Aquella sala de madera roble miel, suelo enmoquetado y puertas acristaladas que una vez las rebasabas era como entrar en el paraíso, aislándote del bullicio del resto de la tienda. Una vez dentro daba miedo hasta hablar, siempre sonando música y con una temperatura ideal, el tiempo se detenía mirando los estantes llenos de discos. Y allí estaba, mirándome, en la parte baja de la estantería. Trescientas mil pesetas tenían la culpa, fuera de mi alcance monetario, pero quedando grabada para siempre en mi memoria de coleccionista.


Madrid rock abrió su primera tienda en 1981 de la mano de su fundador Pepe Arnedo. Llegó a tener abiertas 8 tiendas en España: Madrid, Móstoles, Getafe, Sevilla y Córdoba. Su local más emblemático fue el de Gran vía 25, con 1500 m2 divididos en tres plantas: en la planta baja, películas y música clásica; en la planta central o principal, puntos de escucha, todo tipo de Cd's, vinilos, cassettes y novedades, distribuidos por géneros y orden alfabético; y en la primera planta, el "merchan", entradas y Cd's varios.
Llegó a tener más de cien mil referencias y 46 empleados. Acabó el año 2000 con una facturación de 19.1 millones de euros y cinco años más tarde las ventas habían caído un 30-35%.
El local se encontraba en venta desde el año 2000 y cerró sus puertas el 23 de junio de 2005, liquidando sus existencias a precio de risa. El local se vendió al grupo Inditex por 20 millones de euros. En la actualidad es una tienda de Bershka.


Madrid Rock
Aquí estaba ubicada la tienda de discos Madrid Rock, en la Gran Vía número 25 de Madrid.

Compré la colección en Discoplay. Abría, a doble página, el boletín de enero de 2001 con gastos de envío gratis. Recuerdo que me temblaban las manos al verlo, inmediatamente llamé por teléfono para comprarla porque eran existencias limitadas y esta vez no se me podía escapar.


Muchos de los que leéis esta reseña y con cierta edad, recordaréis bien con qué ilusión esperábamos y recibíamos el boletín mensual del Discoplay . Era nuestro internet 1.0 y gracias a él, los que vivíamos en pueblos y ciudades pequeñas en las que no había tiendas de discos, el Discoplay era nuestra ventana al mundo musical. Recuerdo que cuando lo recibía en el buzón lo estudiaba con lupa día tras día para hacer el pedido y después de la selección bajaba con él a la calle, porque antes vivíamos mucho en la calle con los amigos del barrio, y se lo enseñaba al resto para que eligieran y así compartir gastos de envío. La economía y el ahorro siempre fue muy importante en la compra de discos. Y luego, a esperar entre 15 y 20 días a que llegara el pedido: casettes, vinilos y después Cd's y algún libro. Escribiendo esto me estoy dando cuenta de lo viejos que somos, parece que ha pasado una eternidad y han sido 35 años de nada. Hoy sería impensable e inadmisible para cualquiera de nosotros que un pedido te tardara más de 72 horas.


BID Enero 2001
Este fue el anuncio responsable de mi compra.

Discoplay fue fundada en Madrid, en 1970, por Emilio Cañil Bartolomé (fallecido a finales de 2010), que había empezado como Pepe Arnedo, vendiendo discos en el Rastro de Madrid. Tuvo tienda de discos física en la galería comercial Los Sótanos de la Gran Vía en Madrid, tienda que visité en mi primera visita a Madrid que hice con el colegio a los 13-14 años.


Discoplay fue una empresa pionera en venta por catálogo (junto con Venca, que era de ropa) a través del Boletín Informativo Discoplay (BID ), que se envió, gratuitamente cada mes e ininterrumpidamente durante 37 años. En su época dorada, su tirada ascendía a millón y medio de ejemplares mensuales, llegando a registrar dieciocho mil pedidos diarios de discos. Además de abrir varias tiendas físicas en España, abrió, en 1992, una tienda en Moscú, convirtiéndose en la primera tienda de discos occidental y la primera empresa española en abrir una tienda en la Rusia post-comunista. También fue la primera empresa española, mucho antes que El Corte Inglés, en vender entradas de conciertos a través de un canal distinto a las taquillas.


En 2007 dejó de enviar boletines(BID) y tras un período de reestructuración y pruebas, en 2013 nace Bibliostock.com, dedicada exclusivamente a la venta de libros y cómics con grandes descuentos, en la que también estoy inscrito desde 2018. Dejo un enlace para los nostálgicos, en la que están todos los BID , página a página, desde 1982 hasta 2007, 26 años de historia.
https://www.discoplay.info/page/g/g_00.php?pta=1&pma=1&pmb=1


Para mí la frase "cualquier tiempo pasado fue mejor" nunca tuvo mucho sentido, simplemente "cualquier tiempo pasado fue" y en eso se quedó, en pasado. Lo mejor está siempre por llegar. Aunque no me considero una persona que mire mucho para atrás, sí que es cierto que me da pena que se hayan perdido cosas que nunca más se van a recuperar. Eso de ir a tiendas de discos a pasar la tarde, o viajar a la anteriormente citada Madrid Rock cuando había conseguido juntar unos ahorros y seleccionar cuidadosamente lo que compraba, estando allí horas sin parar de mirar, tenía un encanto y un ritual que internet no tiene, o al menos a mí no me lo da, aunque encuentre más y mejores ofertas en tiendas online. De hecho, el 50% de mi colección actual ha sido adquirida online y para un coleccionista, internet es mucho más cómodo y rápido. Yo mismo he contribuido y mucho, al cierre de este tipo de comercios. Hay que vivir con los tiempos para no ser un viejo prematuro. Pero ver los discos físicamente antes de comprarlos, tenía su aquel y su mística, al igual que las librerías.

Porque recordemos aquí el ritual de ir a comprar discos. Ibas a la tienda y no sabías qué ibas a comprar, pero sabías de antemano que más de un ejemplar iba a caer esa tarde, ibas mirando y mirando sección por sección y seleccionando ya, por si te lo quitaba alguien que viniera detrás y al final salías con diez o doce discos de todo tipo: blues, jazz, clásica e incluso alguno de rock reeditado que tenías en cassette. Y te ibas con una lista mental de los que habías rechazado, aún habiéndolos elegido porque habías agotado el presupuesto, deseando llegar a casa para escuchar los que habías comprado. Confieso que desde que era un adolescente y durante veinte años al menos, he separado religiosamente todos los meses una partida de dinero para la compra de discos, primero de la exigua paga de los domingos, después mensual, que me daban mis padres y más tarde, del sueldo que afortunadamente cobro desde los diecinueve años. Con lo que hago mía la frase de Elton John que abre el artículo. La mayoría de las personas verán esto como un gasto pero yo lo veo como una inversión, no porque vaya a recuperar el dinero gastado, que no va a ser así cuando venda la discoteca, (ya nadie quiere discos, estuve ayer en la Fnac de Asturias y quedé ojiplático. Han hecho reforma y han dejado solamente unos 60 m2 para discos y pelis y para sorpresa mayúscula mía, tenían una góndola exclusiva de pop koreano), sino porque me han dado tantas horas de felicidad y placer que lo considero una inversión de vida.


Aunque las ventas de Cd's cayeron estrepitosamente desde 2001 hasta hoy, actualmente las discográficas ganan más dinero que en la época dorada del disco.


La música suena en más sitios que nunca. Antes, las discográficas tenían unas ventanas de distribución muy acotadas a espacios físicos, las tiendas, en las que no se podía exponer todo su catálogo porque no había estanterías para todo. Hoy día sólo hace falta una conexión a internet, una red social o un servicio de streaming para escuchar música. Pondré un ejemplo: en una red social puede haber medio millón de vídeos utilizando un mismo tema musical. Imaginemos que uno de ese medio millón de vídeos tiene un millón de visitas, de reproducciones, el poder de difusión es brutal, exponencial. Y no olvidemos, que por cada reproducción hay que pasar por caja, hay ingresos por derechos. A todo esto se suman también los nuevos mercados como América Latina, donde casi toda la venta de discos era ambulante, África y el continente Asiático, donde era complicadísimo entrar. Es decir, las discográficas están ganando dinero de algo que antes simplemente no existía y aunque se han ahorrado muchos intermediarios en la cadena de distribución, curiosamente los precios finales, los PVP, apenas han disminuido con lo que las ganancias son mayores.


El 70% de todos los ingresos generados en la industria de la música grabada corresponde a tres discográficas:
Universal Music Group, Sony BMG Music Entertaiment y Warner Music Group.

  • Universal Music Group , con sede en Santa Monica, California, es la más grande y sería la empresa matriz de Capitol Records, EMI Records, Republic Records, Interscope, PolyGram, Philips, Decca, Deutsche Grammophon, Verve y Mercury, entre otras muchas menos conocidas. El 32% del mercado discográfico es suyo. (Facturó alrededor de 7800 millones de € en el año 2021).
  • Sony BMG Music Entertaiment , con sede en Nueva York, es la discográfica que tiene más alcance mundial, es la empresa matriz de Epic, Columbia, RCA, Bertelsmann, BMG, Ariola, etc. El 20% del mercado discográfico es suyo. (Facturó alrededor de 7500 millones de € en 2021).
  • Warner Music Group , con sede en Nueva York, es la empresa matriz de Atlantic Records, EMI Classics, Chrysalis Records, Maverick Records, Reprise Records, Parlophone, Electra Records, Teldec, etc. El 16% del mercado discográfico es suyo. (Facturó alrededor de 4600 millones de € en 2021).
  • Si nos fijamos, la mayoría de lo que escuchamos depende de la voluntad de tres personas o grupos empresariales, pero si seguimos escarbando, en medios audiovisuales toda la información tanto escrita como visual también está en manos de pocos grupos empresariales, nos sobran dedos de una mano; las editoriales e incluso lo que comemos, está en manos de ese número mágico (3-4) de personas o grupos. Aunque pensemos que somos libres al elegir no lo somos, estamos tremendamente condicionados, pero al menos debemos de ser conscientes de ello.


    Entre finales del año 1998 y agosto de 1999, salió a la venta la mayor colección discográfica de la historia, récord que poseía, desde el año 1991, la excelente "Edición Mozart" de Philips, con 180 Cd's. Por primera y creo que única vez en la historia de la discografía, se unieron 25 compañías discográficas rivales para publicar 200 Cd's con 72 pianistas del siglo XX. Grabaciones de las discográficas más representativas como BMG, Deutsche, Decca, EMI, Sony, Teldec, Vanguard, Philips, etc.
    Nunca antes ninguna discográfica había logrado unir y poner de acuerdo a tantas discográficas sin cobrar derechos para sacar adelante un proyecto histórico. De tal envergadura e importancia era este legado discográfico, que ninguna discográfica lo puso en duda y se mostraron colaboradoras, aunque las negociaciones no fueron nada fáciles.


    El proyecto fue publicado por Philips y patrocinado por la marca de pianos Steinway & Sons y se llamó:



    GRANDES PIANISTAS DEL SIGLO XX



    Al acabar el milenio, además del miedo al caos informático que se avecinaba con el año 2000, se pusieron en marcha cantidad ingente de proyectos, publicaciones y elaboraciones de listas de todo tipo con lo mejor del siglo XX, y en todos los ámbitos. También a nivel personal se hacían cantidad de promesas y buenas intenciones. Pertenecemos a una generación que ha vivido no sólo en dos siglos diferentes sino también en dos milenios distintos, ahí es nada. La idea original formaba parte de un proyecto inicial de Philips, concebido en 1995, de editar una colección de 25 Cd's dedicados al repertorio pianístico. Pronto se dieron cuenta de que no estaban todos los pianistas que deberían estar y Tom Deacon, director de repertorio y explotación de catálogo de Philips y responsable máximo de la edición de esta colección, no lo dudó y propuso convertir el proyecto en una colección más ambiciosa y representativa, capaz de reunir en el final del milenio, a los que han sido los mejores pianistas del siglo. Philips consiguió editar 100 Cd's dobles, uno por cada año del siglo, con una selección de pianistas realizada por votación entre un grupo de expertos. Primero se hizo una lista con cerca de 200 pianistas que habían dejado grabado su magisterio y buen hacer en disco, y se formó una comisión de expertos que debía seleccionar, entre ellos, a los mejores de los mejores. Se hicieron tres votaciones y sólo pasaban aquellos que obtenían por unanimidad la aprobación de los expertos.


    GRANDES PIANISTAS DEL SIGLO XX
    GRANDES PIANISTAS DEL SIGLO XX
    Dos imágenes de esta excelente colección, tanto musicalmente como de presentación al aficionado.

    De la primera selección sólo quedaron 35 pianistas (debieron de ser muy estrictos, pues pasaron sólo al 17.5% de los 200 iniciales). Revisaron criterios y añadieron 20 nombres más, con lo que eran ya 55 pianistas (el 27.5% de los 200 iniciales). Una tercera revisión amplió la selección hasta los 72 definitivos (el 36% de los 200 iniciales). Una vez elegidos los pianistas, había que elegir qué obras se seleccionaban de todo el repertorio grabado de cada uno. Tom Deacon dedicó seis meses intensos a escuchar todas las grabaciones de cada uno de ellos: "Fueron seis meses, pero también la experiencia de 45 años de mi vida escuchando discos lo que me ayudó a tomar la decisión". Para Deacon no están todos los pianistas que él hubiera elegido, pero esto es lo que pasa cuando las decisiones se toman por votación.


    En la elección del repertorio se siguió un único criterio: que las obras seleccionadas, con la mayor calidad posible, representaran a cada pianista en su mejor momento y condensaran la esencia interpretativa de toda una vida.


    Yo siempre creí que la selección de las obras interpretadas también se había realizado por votación del grupo de expertos y críticos musicales, pero parece ser que fue decisión sólo de Tom Deacon. No tenía mal oído este señor, ni mal criterio, ni mal gusto tampoco, porque la selección que realiza es espectacular, puedes tener la seguridad de que la obra elegida en la ejecución de ese intérprete es la mejor grabación y versión disponible de ese pianista, al menos, hasta el momento de la publicación de la colección.


    En su día fue muy criticada por el repertorio elegido, que duplica, triplica o cuadruplica en la misma edición, las versiones de una misma obra por intérpretes diferentes. Para mí esta característica es la que la hace tan importante y valiosa, puedo comparar de un plumazo las distintas lecturas que hacen estas leyendas del teclado de una misma pieza musical, mostrándome el punto de partida para seguir profundizando. Esta colección no nació como una obra de conocimiento de un gran número de obras de compositores, para eso ya existen decenas de colecciones que en su día sacaron las editoriales en venta por fascículos, si no que su objetivo es mostrar y dar a conocer las distintas formas de entender la música e interpretarla, ahí está la riqueza de la música clásica y de esta colección. "La versión definitiva de una obra no existe, si así fuera la música clásica estaría muerta ", dice Deacon, pero es cierto que aquí hay versiones que sí lo son, al menos para mí, que creo firmemente que nadie las va a poder superar, como ya ha quedado patente en muchas de mis reseñas discográficas, por ejemplo:


         » los 24 Preludes, Op. 28 de Chopin por Arrau del '73,
         » el Concierto para piano de Grieg por Radu Lupu con Previn del '73,
         » el Scherzo Nº1 en sí menor, Op.20 de Chopin por Nelson Freire del '76,
         » las Escenas de niños, Op.15 de Schumann por Horowitz del '87,
         » el Preludio Nº1 en do sostenido menor, Op 3 Nº2 de Rachmaninov por Ogdon del '72, por citar sólo algunos.

    Sólo hay un representante español en la colección y es Alicia de Larrocha, que tiene dos volúmenes, en los que no podía faltar su Iberia de Albéniz del '72.


    GRANDES PIANISTAS DEL SIGLO XX GRANDES PIANISTAS DEL SIGLO XX

    El resultado final son 250 horas de música, de ellas 63 horas editadas por primera vez en disco compacto. Cada doble Cd contiene notas biográficas y ensayos escritos por especialistas de prestigio internacional en inglés, alemán y francés.
    Cada volumen viene como un digipak, un libro de tapa dura con fundas rígidas de papel pegadas a las cubiertas interiores y las notas encuadernadas en el medio. De los 72 pianistas sólo siete gigantes (Arrau, Brendel, Gilels, Horowitz, Kempff, Richter y Rubinstein) son honrados con tres volúmenes cada uno y dieciséis pianistas más tienen dos volúmenes, el resto sólo uno.
    Sólo es música de piano solista o con orquesta, no hay nada de música de cámara, además viene una guía para localizar por compositor y dentro de cada compositor por obra, y también para localizar por intérprete.
    GRANDES PIANISTAS DEL SIGLO XX GRANDES PIANISTAS DEL SIGLO XX El diseño, aún pasando el tiempo que ha pasado, me sigue pareciendo muy actual, con el color del bastidor con sus cuerdas de un piano de cola Steinway como imagen de fondo en todos los discos, con lo que da a la colección un color dorado latón que la hace muy elegante y visualmente adictiva que queda de maravilla en mi estantería.



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