Canto de sirenas
Jesús Encinar

Jesús Encinar


Sade



Siempre he admirado y envidiado a las personas que destacan, a las que sobresalen en algo, y sobremanera a las multitarea. Esas que son capaces de hacer muchas cosas distintas y destacar en varias. Esto es especialmente patente en el mundo de las artes, ya sea música, pintura, cine, literatura, danza, etc.
Yo formo parte de la montonera del 99% de la población que somos mediocres, que hacemos más o menos cosas pero sin destacar particularmente en ninguna. Tal vez sea porque de todo lo que he probado, y no ha sido poco, nada me ha llenado. Nada me ha llamado tanto la atención como para dedicar mi vida a ello. Todas las actividades que he realizado me han llenado una parte importante de vida mientras estaba inmerso en ellas, pero siempre, al cabo de un tiempo, me desencantaba y esa actividad perdía todo mi interés. No tengo constancia, ni fuerza de voluntad, ni disciplina, ni capacidad de sacrificio, no poseo ninguna de estas virtudes tan importantes para avanzar en la vida. En el caso de Sade Adu todo confluye en una sola persona, como si solo hubiera estado ella presente cuando el Altísimo, caso de que exista, hizo el reparto. Guapa, atractiva, elegante, sofisticada, con voz sensual, modelo, diseñadora, compositora, cantante, productora, superventas... ¿Se puede pedir más?


Sade Adu (Helen Folasade Adu) nace en 1959 en Ibadán, en la Nigeria británica, de padre nigeriano y economista y madre inglesa y enfermera. Allí permaneció hasta los cuatro años en que sus padres se separan y va con su madre a Colchester, Inglaterra. Atraída por la moda, estudia diseño en la escuela de arte Saint Martin y llega incluso a abrir una boutique. Entra en el mundo de la música por casualidad, formando parte de manera provisional, de un grupo musical compuesto por amigos hasta que encuentren una cantante definitiva. Allí descubre un extraño placer al escribir letras y el grupo "Arriva", que así se llamaba, va avanzando hasta convertirse en "Pride" y por último en "Sade", como nombre definitivo. Van tocando en distintas salas del entorno y el boca a boca va haciendo que sus actuaciones estén llenas. Por aquel entonces, Sade Adu tenía como pareja al periodista Robert Elms, que hace que su música llegue a algunas emisoras de radio y llevan la maqueta a discográficas, que en un principio todas rechazaron, porque era una música que no tenía mercado, no vendería.
Cuando firmó contrato con la casa discográfica CBS en enero de 1984, nadie conocía a Sade, excepto su círculo de amigos londinenses y las audiencias que habían contemplado alguna de sus actuaciones en el Ronnie Scott's, la principal sala británica dedicada con continuidad a la programación de jazz.


Quien le aconsejó decantarse por la CBS y tomar esa decisión profesional fue su abogado Brian Carr. Carr tiene fama de negociador duro en los círculos de la industria musical. Alcanzó notoriedad al defender los intereses de John Lyndon (vocalista de los Sex Pistols) en el pleito que proseguía contra su antiguo apoderado en la época de los Sex Pistols, Malcolm McLaren. Por lo demás, eran varias las compañías que habían mostrado interés, ahora sí, por su maqueta conteniendo "Smoth operator" y "The love is king", muy especialmente Virgin. Pero Brian inclinó la balanza hacia CBS a causa "de su satisfactoria estructura como compañía", eso sí, arrancando un contrato francamente ventajoso para un inicio de carrera. Sade firmó a través de la Epic británica y con Portrait como sello norteamericano, sesenta mil libras de adelanto sobre los derechos (unos 13 millones de pesetas de entonces) y el 14,75% sobre las ventas.


Sade

"Diamond life" fue el primer elepé del grupo, un disco grabado en 1984, en el decrépito suburbio londinense de Willesden, generó tres singles de éxito, alcanzado la cima de las listas británicas. Se convirtió en el álbum de debut más vendido de la historia a cargo de una vocalista británica (el récord duró 24 años, hasta que se lo arrebató Adele), desplazó al "Thriller" de Michael Jackson en las listas de Italia, vendiendo 1,5 millones de copias en Estados Unidos y más de siete millones en todo el mundo.
Grammy por mejor artista novel en 1986.
Ganó el premio Brit como mejor álbum británico en 1985.
En 1985 graba su segundo disco y objeto de esta reseña "PROMISE". Para él rodó tres videoclips que contaron como asistente de dirección con Carlos Scola Pliego, un madrileño que por entonces se estaba haciendo un camino en la industria audiovisual. La cantante no llevó nada bien la extenuante gira que acompañó al disco, ni su creciente popularidad ni, peor todavía, la muerte de su padre, así que decidió marcharse de Inglaterra y buscar un exilio tranquilo en la capital de España. Allí se reencontró con Carlos Scola y se enamoraron locamente. El madrileño acompañó a Sade Adu durante las sesiones de grabación en Francia de su tercer álbum, "Stronger Than Pride" (1988) y contrajeron matrimonio (“en un castillo español”, según informaba la prensa británica de la época, sin ofrecer más detalles) en octubre de 1989. Vivían en un piso cerca del Retiro. Esta relación duraría un año, Sade Adu se marcharía otra vez al Reino Unido y se divorciarían en 1995.


"Love de Luxe" de 1992, sería su cuarto disco de estudio. Alcanzó el top 10 en varios países y el tema "No ordinary love" se llevó el Grammy a mejor interpretación de R&B de un grupo o dúo.
"Lovers Rock" de 2000, sería su quinto disco de estudio. El álbum ganó el Premio Grammy al Mejor Álbum Vocal Pop en la ceremonia de 2002.
"Soldier of love" de 2010, sería su sexto y último disco de estudio.


En 1996 nacería su única hija Mickailia, fruto de su relación con el productor musical Bob Morgan. En 2016 Mickailia revelaría su identidad de transexual y hoy día ha hecho la transición completa llamándose Izaak. En los últimos años, Sade Adu ha llevado una vida tranquila en la campiña inglesa, en un pueblo cerca de Stroud (Glocestershire), junto a su hijo, su pareja desde hace cuatro años -Ian Watts, un químico que fue marino de la Armada Real Británica-, y el hijo de este, Jack.
En los 40 años de carrera musical, el grupo ha permanecido unido y con los mismos componentes desde el comienzo y eso que a Sade Adu le ofrecieron desde el principio una carrera en solitario, pero ella dijo que no, que con su grupo, con sus músicos o no había trato: "Hemos vivido mucho juntos, nos entendemos a la perfección tanto a nivel personal como musical. Aunque Stuart (Matthewman, guitarra) vive en Nueva York, Paul (Denman, bajo) ha estado viviendo en Los Ángeles y Andrew (Hale, teclados) y yo estamos en Londres, hemos conseguido mantener unos lazos muy fuertes. No necesitamos estar hablando por teléfono a diario para seguir sintiéndonos unidos".


En el 2018 el guitarrista Stuart Matthewman declaró que estaban componiendo con mucha calma para un próximo disco. En 2022, el productor francés Damien Quintard y el actor Brad Pitt ofrecieron una entrevista en la revista Billboard promocionando una nueva etapa de los estudios franceses Miraval, propiedad del actor estadounidense . Allí dijeron que la primera artista que había grabado tras la reforma de ese espacio había sido Sade (ya había grabado allí parte de su segundo y tercer disco). Pero a día de hoy, no hay ninguna noticia más ni disco en el mercado.


Sade

A propósito de sus preferencias musicales a la hora de instalarse ante el tocadiscos de su casa, Sade Adu reconoce que le encantan las bandas sonoras. Por ejemplo, la de "Taxi driver", la escrita por Gato Barbieri para "El Último tango en París" o la que compusiera Marvin Gaye para "Mr. T".
"Mis gustos musicales son un tanto dramáticos y expresivos. Me gusta la música con la que puedes establecer asociaciones mentales. Me gusta Marvin Gaye, Bill Withers, Miles Davis o Aretha Franklin, todos los buenos".


Para Sade Adu cantar no es ningún mérito, en su familia paterna nigeriana cantar forma parte de su modo de vida. Su abuela nunca se pudo creer que su nieta se ganara la vida cantando, que le pagaran por ello, para ella cantar era como respirar, algo vital y natural por la que nadie le pagaría. Pero para asombro de su abuela, Sade Adu se ganó muy bien la vida. En 40 años de carrera de Sade ha vendido más de 60 millones de discos de sus seis trabajos de estudio y conseguido 24 discos de Platino, varios Grammy, MTV vídeo Music Awards, un premio BRIT y poseedor de al menos 10 grandes temas que fueron éxitos mundiales.



Partners de Amigos HiFi

En octubre de 2020 Sony publicó "THIS FAR", una caja recopilatoria con sus seis discos de estudio remasterizados en vinilo de 180 gramos, colaborando durante el proceso la banda al completo, (excepto Sade Adu) pasando tiempo en los estudios de Abbey Road junto al ingeniero de masterización Miles Showell y el coproductor de la banda Mike Pela.
Trabajaron a partir de transferencias digitales de alta resolución de las mezclas de los másters en estéreo, procedentes de las grabaciones originales, remasterizadas a media velocidad usando el exclusivo torno de corte Neumann VMS 80 restaurado, propiedad de Miles Showell, para realizar el corte de las 12 caras en el acetato. Como resultado de este proceso se ha conseguido un audio excepcionalmente limpio y detallado, manteniéndose fiel al sonido deseado por la banda. No se ha utilizado ninguna limitación digital adicional en el proceso de masterización, por lo que el álbum se beneficia de la ventaja de una claridad extra y una fidelidad pura, conservando el rango dinámico de las mezclas originales, presentadas en vinilo negro de 180 gramos de alto gramaje. La funda original del álbum y los elementos de embalaje se han reproducido meticulosamente con todo detalle, con papel y métodos de impresión auténticos.



PROMISE


En junio de 2024 Sony ha empezado a publicar toda la discografía de Sade individualizada en vinilo con la remasterización comentada anteriormente. De momento están disponibles los tres primeros discos y en preventa los tres posteriores.
Yo ya tenía PROMISE en CD y ahora he adquirido PROMISE en esta edición de vinilo.
Realmente el sonido es fantástico (tanto que también he adquirido Diamond life, que ya tenía en CD y vinilo) y mira que el sonido del CD ya era bueno, pero en la doble carátula del vinilo no hay ninguna alusión al procesado ni nada que se le parezca, cosa que se echa en falta, porque a mi me gusta saber qué características tiene esa edición en concreto frente al resto de ediciones disponibles. Tan sólo puedes comprobarlo por el número SKU o número de almacén en la tienda virtual de Sony. Pulsar para visitar la web.


PROMISE (1985) es el segundo álbum de Sade, que contiene los sencillos "The Sweetest Taboo", "Is It A Crime?" y "Never As Good As The First Time". Estos son algunos de los temas más oídos en la historia de la radio. El álbum se grabó en los estudios Power Plant (Inglaterra) y Studio Miraval (Francia).
Consta de once temas originales en los que Sade Adu participa en los créditos, excepto en el único instrumental. Para mi no hay tema malo en este disco, se escucha del tirón y la voz de Sade Adu está en el mejor momento de su discografía, en mi humilde apreciación. El disco abre con el mejor tema para mí de toda su discografía "Is it a crime", lo tiene todo: detalles, matices, dinámica, clímax, anticlímax, muy bien estructurado y articulado musicalmente, musicazos y la voz de Sade Adu dando todo lo que puede dar de si.
Y es que Sade como grupo escribe muy bien, sus canciones avanzan, poseen un discurso y mucha coherencia, tienen un desarrollo muy bien hecho, muy bien armado, letra y música empastan perfectamente. Tal vez por eso resisten muy bien el paso del tiempo aunque su sonido sea ochentero.
El disco continúa con el conocidísimo "The sweetest taboo" y su endiablado ritmo percusivo de la batería saliendo del mar.
"You're not the man" y "Jezebel" son dos temas tranquilos, lentos, cada uno a su manera pero con su estructura hacia el clímax y descenso posterior, como las buenas baladas del heavy metal. "Jezebel" es un tema precioso con un gran trabajo vocal de Sade Adu, con gran capacidad para transmitir y hacer sentir. Posee una voz llena de texturas maravillosas.
"Punch drunk" es el primer tema instrumental de los tres que tienen en toda la discografía. "Mauren" tema movidito, dentro de lo que es Sade, perfecto para cerrar el disco, que te deja tanto las ganas para seguir escuchando como satisfecho de haber escuchado el disco entero.


A partir de este segundo disco Sade va tomando otra forma, otro sonido más "Pop", "Tecno", más de la época que le corresponde, como más actualizado musicalmente, pero esto también le hace más uniforme, menos singular. Es más de lo mismo que suena en la época pero pasado por el filtro de Sade. Esto sucede a partir de la cara B del tercer disco (que es el primero que produce Sade Adu). Son temas con una base rítmica muy marcada, en algunos casos ya grabada y con programaciones, que se repite constantemente. Al principio funciona, pero canción a canción y disco tras disco cansa un poco, e incluso me atrevería a decir que aburre. En los tres últimos discos desaparece el saxo, salvo mínimas excepciones, y cualquier atisbo de vientos que tanto adornan en los tres primeros y da ese toque de grupo y orquesta de jazz. Deja de ser tan "Soul". Su música deja de tener ese aura de misterio y descubrimiento que tenía hasta ahora.
Siempre se dijo que Sade sonaba a lujo, a sofisticación. Al escucharlo te hace sentir de una clase social superior a la que perteneces, te ves distinto, incluso te visualizas escuchándolo en la cubierta de tu velero en aguas del mediterráneo, te sientes VIP. Es algo raro de explicar para que lo entienda alguien que no ha escuchado su música. Ningún grupo de la época sonaba como Sade, con tanta mezcla de estilos y sensualidad. Música para calmar el espíritu.


Como compositora Sade Adu contó en una entrevista que no hay nada preparado de antemano:

"Cada canción empieza en el estudio. No hay nada compuesto, vamos improvisando y trabajamos sobre una palabra, una estrofa o una melodía. Hay temas que surgen muy rápidamente y otros tardan días. Es un trabajo duro, pero hay que fiarse del instinto"..

La crítica la calificaba "como una artista lineal", "es una más dentro de una orquesta que ofrece jazz melódico y muy asequible, con un repertorio muy igual, en el que la mayor parte de las piezas no pasan del tiempo medio..." y definía sus canciones como "música de fondo para ambientes de diseño" y posiblemente esta crítica le pueda encajar como un guante, no lo voy a negar, pero que alguien me enumere un solo artista capaz de crear música que represente ambientes de diseño, lujo, sofisticación, etc. Esta crítica, a priori negativa, la convierte entonces en una artista de vanguardia, de diseño, capaz de plasmar en lenguaje musical toda su experiencia en el mundo del diseño y de la moda y saber encauzar su influencia y su pasión por las B.S.O., cuya misión es acompañar a las imágenes para resaltarlas e incluso como propio discurso dentro del filme generando unas nuevas, como ya se comentó en la reseña de Ennio Morricone.
Ella es así. Es su modo de hacerlo, ha cuajado y ha excitado, ha interesado y ha convocado a muchos oyentes. Habrá cientos de vocalistas, próximas a su estilo, que interpreten con mejor gusto y mayor conocimiento musical, con más ganas y con superior don natural en las cuerdas vocales, pero no son como ella. Sade Adu siente, siente de verdad, tiene poca voz, pero sabe modular. Es una voz distinta, llena de texturas y sensualidad casi erótica que susurra al oído sólo para ti y hace que un escalofrío recorra todo tu cuerpo.


"Mi máxima aspiración es alcanzar algún día esa grandeza de la que solo disfrutan unos pocos elegidos, y en el camino solo me fío de las opiniones de mis amigos. Lo que piensen los ejecutivos de la industria o los críticos musicales no me interesa, lo que me preocupa es que a nuestros amigos y a la gente que nos sigue les emocionen nuestras canciones. Es lo único que realmente importa". Sade Adu.



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