Canto de sirenas
Jesús Encinar

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Schubert, La muerte y la doncella

CUARTETO DE CUERDAS EN RE MENOR D810 "LA MUERTE Y LA DONCELLA"



Franz Peter Schubert (1797-1828)

Franz Schubert nació el 31 de enero de 1797 en Viena y tuvo 18 hermanos del mismo padre y distinta madre. Su padre era maestro de escuela. La familia cambió varias veces de casa en las que siempre se ubicaba la escuela y Franz trabajó en ella por temporadas, siempre que volvía a vivir con su padre. Siempre vivió componiendo, desde muy joven, en la más absoluta de las miserias y viviendo de los favores y generosidad de los amigos. Tímido y muy enamoradizo, varias relaciones no llegaron a término por su pésima situación financiera y su futuro incierto. Siempre compuso de forma regular, compulsiva y muy rápida, como en raptus, como poseído. Quizá fue el primer músico que se dedicó íntegramente a la composición musical, ya que no fue ni un virtuoso instrumentista ni director de orquesta.

Si algo se halla siempre bajo sospecha, en asuntos de creación, es la facilidad. La manera fácil, casi milagrosa (ejecutada con una velocidad que provocaba pasmo y admiración entre sus amigos y contemporáneos) mediante la cual creaba este músico sus obras, constituye un caso singular que sólo puede cotejarse con W. A. Mozart. Pero éste poseía su Pigmalión incorporado, su padre y educador Leopold Mozart. Mientras que a Schubert nadie sabía quién le enseñaba, para asombro de sus maestros, que confesaban que todo cuanto le podían enseñar, él ya lo sabía.

Schubert, La muerte y la doncella


Esa supuesta facilidad tiene un carácter muy especial. Schubert no era capaz de escribir nada que fuese un simple borrador. Sus ensayos o esbozos siempre eran piezas realizadas, perfectamente concluidas y acabadas, aunque fuera de manera fragmentaria. Luego podía, volver o no, sobre esas versiones terminadas y hacer variaciones sobre ese tema, o en otros casos, recrearse comprimiendo o modificando orquestación, pero siempre partiendo de obras terminadas perfectas, pero que no le parecían suficientes.

En 1823 enferma de sífilis y en 1826 Schubert lleva a cabo una última tentativa para integrarse socialmente como compositor; presenta oficialmente su candidatura como vice kapellmeister de corte, después como segundo director de orquesta del Teatro de la Puerta Carintia. No es aceptado. El año de su muerte, 1828, es también el de su única aparición en publico, el 26 de marzo, primer aniversario de la muerte de su gran ídolo, Beethoven. Da el único concierto de su vida con composiciones suyas, siendo un éxito con la sala llena. Con la ganancia compró un piano y por primera vez en su vida pudo componer una pieza y probarla sin salir de su casa.

En octubre de 1828 se ve obligado a guardar cama y la situación empeora rápidamente. Schubert pide que le interpreten el Cuarteto de cuerda Nº14 en do sostenido menor Op. 131 de Beethoven. La noche anterior a su muerte le dice a su hermano Ferdinand "Prométeme que me llevarás a mi habitación, que no me dejarás en este trabuco bajo tierra. ¿Acaso no merezco un lugar sobre la tierra?" y el hermano le contestó:"Estás en tu habitación, en la que siempre has estado, estás en tu cama " y Schubert respondió:"¡No, no, no es cierto! Beethoven no está aquí ". Murió el 19 de noviembre de 1828 de tifus, con 31 años de edad y gracias a la piedad de sus amigos y hermano fue enterrado en Währing, en el mismo cementerio donde descansa Beethoven.

Schubert, La muerte y la doncella


La versión elegida
Quartetto Italiano, 1965, PHILIPS. 37’56”

Paolo Borciani y Elisa Pegreffi, violines
Piera Farulli, viola
Franco Rossi, violonchelo
El Quartetto italiano estuvo activo desde 1945 hasta 1980. En 1953 se casan entre sí los dos violinistas. Está considerado por la crítica como uno de los mejores cuartetos camerísticos de la historia.

De los 15 cuartetos de cuerda que escribió Schubert, los 12 primeros están estrictamente unidos a la forma de Haydn y Mozart, no ha penetrado aún en ellos el soberbio individualismo de Beethoven, no hay muestra ni rastro de lucha entre las libertades que el artista quiere conquistar y las antiguas leyes que la música les opone.
El que aquí nos ocupa sería su cuarteto número 14.

Schubert vivía momentos menos felices cuando componía, en marzo de 1824, La muerte y la doncella: época de apatía, soledad y malestar físico. Gravemente enfermo, Schubert sabía que sus días estaban contados y la angustia lo aislaba todavía más del resto del mundo. Recurrió una vez más al Lied, su lenguaje musical primordial ( compuso más de 600). Eligió La muerte y la doncella, un Lied escrito siete años antes (Op. 7, nº 3, D 531), y lo trasladó al cuarteto de cuerda. Se trata de un sombrío y melancólico cuadro musical, basado en un poema de Matthias Claudius: una muchacha moribunda suplica a la muerte "Vete, cruel esqueleto, todavía soy joven; vete, querida y no me toques" y la muerte le contesta: " Dame tu mano, hermosa y tierna criatura, soy una amiga y no vengo a castigarte. Anímate ,no soy cruel, dormirás dulcemente en mis brazos". Schubert dedicó dos años a la composición de este cuarteto; el compositor, que parecía aceptar la muerte en su Lied, se rebela violentamente contra su destino en el cuarteto, a juzgar por el desenfrenado final.

El tema del Lied lo incluyó en el segundo movimiento del cuarteto.
Schubert no impone casi nunca el efecto dramático, no lo revela directamente, oponiendo sus términos uno contra otro y buscando, sobre todo, una elocuencia musical dramática, sino que lo hace nacer en nosotros mismos, como producción nuestra, mediante la atmósfera, el anuncio del estado de alarma, de tensión que ya ponen de manifiesto los primeros compases. Es gracias a la condición dramática con que el compositor se presenta, que nosotros "sentimos" que nos encontramos en un terreno dramático.

Compuesto entre marzo de 1824 y enero de 1826
Primera ejecución en febrero de 1826 en casa de Josef Barth en Viena
Primera ejecución pública el 12 de marzo de 1833 en Berlín en el curso de unas sesiones musicales de Karl Möser.
Primera edición 1831, Joseph Czerny, Viena

Consta de cuatro movimientos escritos en su mayoría en tono menor:

-Primer movimiento: Allegro, 4/4 en re menor.
Comienza en lo más alto, las primeras notas ya son dramáticas, con el violonchelo sonando como si de un roncón se tratara, creando una atmósfera de tragedia inminente, y sólo hemos escuchado el primer compás de la obra.
Se presenta el tema principal y se van sucediendo variaciones a cuál más dramática en un agitato constante. Todo el movimiento tiene sonidos muy agudos de violín y muy graves del violonchelo que hacen que te alteres, incomodes y hasta que te sientas molesto escuchando algunas veces.

-Segundo movimiento: Andante con moto, 2/2 en sol menor y sol mayor.
En este movimiento es donde incluye el tema del Lied. Recordemos aquí que el Lied tiene una duración de 150 segundos aproximadamente, y la Doncella habla en agudo y La Muerte en grave, dentro de la tesitura vocal de una soprano.
Comienza como con una marcha fúnebre que trae recuerdos del segundo movimiento ( Alllegretto) de la séptima de Beethoven. Este comienzo es el tema del Lied que continúa con múltiples variaciones hasta que aparece un segundo tema en pizzicato del violonchelo acompañado por grandes dinámicas del resto de la cuerda.
Vuelve al tema inicial con el violonchelo que representa a La Muerte comenzando una paz dialogada y se prepara para el final con el violonchelo en ostinato mientras los violines avanzan in crescendo para terminar con el tema principal en una especie de nana o canción de cuna, no sabiendo si al final acepta con resignación la muerte o si sólo es una tregua en esa lucha.

-Tercer movimiento: Scherzo. Allegro molto, 3/4 en re menor- Trío, 3/4 en re mayor.

-Cuarto movimiento: Presto, 6/8 en re menor.
Muy rápido y agitado. Parece una persecución, una urgencia, un enfrentamiento; una huída de esa muerte que a todos nos acecha. Parece que la Doncella sale victoriosa.
(A veces, dependiendo del día)

La vida del genio no debe ser nada fácil. Por norma general, el genio muere consciente de que lo es pero sin el debido reconocimiento público de ello. Sólo el paso del tiempo hace aflorar al genio y situarlo en el lugar que le corresponde. El humano rehuye de lo desconocido, de lo que no entiende: por miedo, por inferioridad, por envidias. Igual que la oscuridad absoluta nos bloquea y no somos capaces de dar un paso sin tantear con todas nuestras extremidades el nuevo espacio a ocupar, la mera presencia de un genio en nuestra etapa vital nos hace comportarnos de la misma manera.
En una ejecución privada, posterior al estreno del cuarteto que nos ocupa, en febrero de 1826 en casa del compositor y director alemán Franz Lachner, el primer violín Ignaz Schuppanzigh que por su avanzada edad ya no estaba a la altura de tocar esta composición, se dirigió a Schubert al finalizar su interpretación y le dijo: "Hermano, no es nada, no insista, apégate a tus Lieder" después de lo cual Schubert empaquetó silenciosamente las partituras y las guardó para siempre en su escritorio.


VERSIONES DISPONIBLES
-Orquestación de Gustav Mahler.  Concertgebouw Chamber Orchestra, Amsterdam, director Marco Boni, 1998, ARTS MUSIC. 40’40”
-Alban Berg Quartett, 1984, EMI MASTERS.  38’24”
-Amadeus Quartett, 1959, D.G. serie The Originals. 39’05”
-Melos Quartett, 1974, D.G. 39’44”
-Cuarteto Heutling, 1972, EMI


BIBLIOGRAFÍA
"El canto de las sirenas" Eugenio Trías
"Historia de la música y sus compositores" Tomo 3 Prestige collection.

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