La atracción de lo imperfecto
Manel Segarra

Manel Segarra
Musical Fidelity M6si

En esta ocasión voy a analizar a fondo un viejo conocido: el Musical Fidelity M6si, probablemente el más equilibrado de los amplificadores de la marca. Empecemos por lo obvio, El amplificador de origen inglés aporta nada más y nada menos que 220 W por canal a 8 Ohmios. Se trata de una cifra muy respetable y difícil de alcanzar para cualquier amplificador integrado o, incluso, etapa de menos de 3.000 euros. Pero ya sabemos que las cifras sobre el papel, en muchos casos, no se traducen en sensaciones reales y tangibles. Pero vamos a salir de dudas porque, he tenido la ocasión de escuchar este amplificador con altavoces como los T-11 de Extreme Audio, B&W 805 D3, Sonus Faber Olympica Nova I y diferentes modelos de la antigua serie Reference de KEF. Por el lado de las fuentes, lo he asociado a mi plato habitual Rega Planar 3, al Creek Evolution 50 CD y al propio reproductor de su misma serie Musical Fidelity M6sCD.


Musical Fidelity M6si

Crack del jazz ibérico y newyorkino


Empezamos con el guitarrista valenciano Ximo Tebar (Steps, 2009) en su personal interpretación de Pink Panther. Aparece la batería atrás, en segundo término pero muy insistente, ligeramente desplazada hacia nuestra derecha. A su lado, el bajista Boris Kozlov no quiere ceder protagonismo en la sección rítmica. Pero, en realidad, es el propio Ximo quien marca el medio tempo con su be-bop y lidera la banda desde el frontal del escenario. Es un crack del jazz ibérico y newyorkino y lo sabe. El M6si le da una fuerza impensable en otros amplificadores de menor cilindrada. El músculo del Musical Fidelity es evidente. Y las B&W 805 D3 ampulosas y extrovertidas, están en el límite del exceso en su afán de dar un mayor espectáculo. Continuamos con Rene Marie en “Black Lace Freudian Slip” (2011); el álbum empieza con una introducción de bajo: denso, potente, con cuerpo. El M6si puede poner en aprietos salas pequeñas o mal acondicionadas, pero no con las Sonus Faber. La voz de Rene aparece de pronto en un plano superpuesto. También las columnas T-11 son más agradecidas que las Bowers. De esta manera, la cantante se adelanta y se perfila perfectamente con una precisión tímbrica más propia de electrónicas de High End estratosférico. Y esa precisión se mantiene en todo el rango de frecuencias como lo prueban las percusiones de los platillos que aparecen por la izquierda y que son totalmente veraces. Quizá esta mayor transparencia y definición sea una de las diferencias con generaciones anteriores de la marca británica, sobretodo en el nivel de detalle con que resuelve los agudos. En este sentido, el nuevo M6si es un amplificador que ofrece un sonido perfectamente plano, sin distorsión y sin grano, pero que explora el registro musical hasta el límite del umbral auditivo, sin recortes ni suavizaciones de ningún tipo.


Musical Fidelity M6si

Con mi recién adquirido vinilo 'Harmony of Difference' de Kamasi Washington, la sección de fono se muestra muy capaz, muy neutra y, sobretodo, muy dinámica como para prescindir de un previo dedicado y así conectar el Rega Planar 3 con los propios cables que parten de la cápsula directamente al M6si y suprimir pasos innecesarios. El amplificador resuelve su función con mucha transparencia y con el punto de calidez justo y suficiente de una fuente analógica. Pero la prueba definitiva de lo es capaz de hacer este Musical Fidelity la tenemos con “Searching a Sugar Man” (1971 – 2012) de Sixto Rodríguez. Es un álbum que ya he recomendado anteriormente. El efecto estéreo está algo exagerado, como era propio de la época. El M6si nos restituye cada instrumento esculpiéndolo en el aire con un relieve limpio y preciso. Líneas, curvas o aristas perfectas delimitan cada sílaba, cada matiz, cada nota… El amplificador ataca rápido y luego provoca silencios insondables. En un primer momento, esa separación de los elementos, este efecto multiplicador de la dinámica, esta contundencia casi agresiva, pueden despistar al oyente acostumbrado a equipos inferiores. Pero, después, surge la magia de Rodríguez, la nostalgia que nos transporta a deprimentes y fríos barrios del Detroit desindustrializado. El sonido, el sabor, la melancolía de una época y un lugar que vio surgir a un cantautor olvidado injustamente durante décadas y que ahora tenemos la oportunidad de recuperar. El Musical Fidelity M6si es grande, muy grande…


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