Canto de sirenas
Jesús Encinar

Jesús Encinar
Conexiones neuronales y centennials




Antes se creía que nacíamos con un número determinado de neuronas y que día a día se iban destruyendo sin posibilidad alguna de regeneración. Hoy sabemos que estas células tan diferenciadas del resto, también se regeneran, y aunque la interacción entre neuronas venga determinada de fábrica, la plasticidad de nuestro cerebro nos permite que si trabajamos bien con ellas puedan aumentar las conexiones entre si y así aumentar nuestra capacidad cerebral.
Mis neuronas conectan de un modo particular porque relaciono cosas e ideas (incluso espacio temporales alejadas) que no tienen nada que ver unas con otras, a veces, rozando el absurdo, pero como me pasa desde pequeño he aprendido a no decir mis pensamientos en alto para no tener que dar tantas explicaciones. El día que lo digo, pues salen cosas como estas que escribo y que una vez explicado, me puede excusar en cierto sentido, porque no estoy bien de la cabeza.




Cuando escribí sobre "Perfect Strangers" acababa con la frase de Busquets "los Purple se tendrían que estudiar en la escuela" y esta coletilla me dio pie a esta larga y extraña reflexión. ¿Por qué la generación Z no tiene ni idea de grupos musicales anteriores a su nacimiento, siendo la generación que siempre va conectada a unos auriculares?
Es prácticamente imposible ver a alguien nacido a partir del año 2000 sin unos auriculares en sus conductos auditivos. Nadie hoy día soporta el silencio, oír sus pensamientos. Gran futuro auguro a psicólogos y audiólogos. Cada día se venden menos discos en soporte físico y las paredes de las casas lucen desnudas, sin libros, sin discos, sin cuadros, sin películas. El formato físico ha desaparecido por completo, los salones son como altares románicos presididos por una televisión de todas las pulgadas posibles, los hogares son espartanos, como quirófanos que no invitan al recogimiento, necesario para propiciar el ambiente adecuado para abrir un libro o escuchar un disco en silencio.


Como no me gusta mucho madrugar, hoy me he dado el gustazo y me he levantado cuando la ciudad ya había acabado su hora punta de trabajos y colegios. He abierto la ventana, que da a un parque, y he escuchado el trinar de los pajarillos combinado con el rumor de la ciudad al ralentí, hasta que ha parado un coche en el semáforo con las ventanillas bajadas y toda mi casa quedó inundada con el "chunda chunda"del reguetón de turno. ¿Pero en qué momento nos ha invadido esta moda/música de países sudamericanos?.
Hace poco escuchaba una entrevista a Loquillo en la que le preguntaban si le gustaba el reguetón y su contestación me gustó mucho. Dijo: "no me gusta porque no es mi cultura, no digo si es mejor o peor, pero no es mi cultura"
Es cierto que nuestra cultura es europea. Aunque seamos latinos, hemos bebido más de la cultura europea que de la latinoamericana. Toda nuestra cultura de música clásica es, en su totalidad, europea. Nuestra cultura musical es anglosajona principalmente, de ahí es de donde han bebido la mayoría de grupos importantes de nuestro país. Más tarde, o casi a la vez, vendría la influencia norteamericana con el blues, Rhythm and blues, jazz y rock.
El reguetón es una mezcla del reggae y el rap, originario de Puerto Rico que invadió América central primero y Norte América después, gracias a la comunidad latina allí afincada.
Nosotros en nuestro país teníamos el flamenco y la copla, además de todo el floklore local y música tradicional. En todo este rápido repaso a la historia de la música en nuestro país por ningún lado aparece Sudamérica: cumbias, bachatas, tangos, reguetón, milongas, etc.
Tengo la teoría de que la culpa de esta "invasión" la han tenido los gimnasios low cost y sus clases de zumba. Esa tontería de origen colombiano que hace creer a las usuarias que lo practican, que hacen deporte, porque sudan a raudales haciendo coreografías de coordinación con músicas a volúmenes imposibles de soportar.
Según el periodista musical Víctor Lenore, "despreciamos tres categorías de música: la hecha en español, la pensada para bailar y la firmada por artistas que vienen de entornos pobres". El reguetón lo tiene todo.


Conexiones neuronales y centennials

No sé en que momento se me produjo un "clic" en la cabeza que me hace sentir y calificar toda la música que escucho, más o menos actual, de muy poca calidad. El paso de los años e ir profundizando más en la música clásica que escucho, ha hecho dispararse esa señal que ya no me permite ir hacia atrás. Todo lo comparo con la profundidad adónde me llevan esas músicas y todo lo más o menos actual, me parece de una superficialidad pasmosa. Lo intento y me pongo los 40 Principales y busco en Spotify los autores más reproducidos para ver por dónde van las tendencias y el paisaje es desolador, nada brilla en la oscuridad que nos rodea. Beethoven ha sido el gran culpable de todo esto que me pasa, de esta catarsis. Su música ahora me dice y transmite cosas que antes no veía, me parece la mezcla perfecta de genialidad y humanidad. La complejidad de lo más sencillo.


  • Pero tío, hablas como si fueras los abuelos. Cada generación ha tenido sus músicas y por norma general, no suelen gustarle las músicas de la generación que por edad les toca vivir. Viven en el pasado, musicalmente hablando. Según el antropólogo social Carles Feixa, "el reloj del gusto musical suele detenerse en la juventud"
  • Mira sobrina, la generación de tus abuelos es la llamada Generación silenciosa (1930-1945) consumidores de información, suscriptores de periódicos y que ven la televisión tradicional. Tenían que elegir entre cultura o sobrevivir, no tenían más opciones, si es que tenían alguna. La guerra y la posguerra marcó su vida. Iban por la vida con anteojeras pero sabían de la importancia de tener cultura.
  • Después llegó la generación del Baby Boomers , (1946-1964) con más nivel adquisitivo y actualmente buena adaptación a nuevas tecnologías. En los años 50 la llegada de los guateques era la única oportunidad donde escuchar música variada y distinta de la que se escuchaba en los bailes de por la tarde. En este país se salió del pasodoble y la copla a otro tipo de música, la denominada yeyé. Más tarde llegaría la generación de tus padres y la mía, la llamada Generación X , (1965-1980) que coincide con la aparición de internet y actualmente somos los pagadores y consumidores de contenidos a través de plataformas digitales. Hemos sido grandes consumidores de música en formato físico, atesorando buenas colecciones de discos. Y la última, antes de tu generación, la Generación Y o Millennials , (1981-1996) son considerados nativos digitales y ya tienen poca música en soporte físico. El final de la era de los discos empezó con esta generación. Ya nadie consume revistas musicales y la música se descarga y consume gratis. Es la primera generación de la historia que viviría peor que la de sus progenitores.
  • Vaya repaso a la sociología aplicada al consumo musical.
  • Pero qué es lo que os enseñan en el conservatorio, de qué te ha servido acabar el grado profesional, si no sabes de historia de la música y tampoco te han dado herramientas para poder valorar la calidad, porque mira que gustarte la "moñas" de Jimena Amarillo.
  • Pues es mi grupo preferido y gracias a ti podré verles en directo, cumpliendo así uno de mis sueños. Mira lo que te cuento: El joven neurocirujano canario Jesús Martín-Fernández, que es pionero en España en cirugía cerebral despierta, publicó en su tesis doctoral sobre cerebro y música, cómo influía la música clásica, el folk, música electrónica y reguetón en el cerebro. Y comprobó que el reguetón activaba áreas del cerebro que controlan el procesamiento del sonido, del movimiento y una zona concreta, que es la que se afecta en casos degenerativos como el parkinson, denominada ganglios basales (forma parte de la sustancia negra), localizados en las profundidades del encéfalo, y asociada al placer y recompensa. Tal vez esto explica ese éxito mundial del reguetón. Aunque el ritmo viene, como siempre, de África. De los burdeles de Persia del siglo XI, donde lo llamaban el ritmo del diablo, 3-3-2. Quién sabe, lo mismo ya se perreaba entonces pero más en privado y pagando. La música habla español, querido tío. Desde que Eminem puso el rap y el Hip hop en las décadas de los 90 y 2000 entre las clases medias y altas estadounidenses todo cambió. Dejó de ser música de negros barriobajeros a gustar a otras capas sociales más elevadas. Ahora, no deja de ser milagroso, que el reguetón haya conquistado el mundo entero. Una música producida en un país de apenas tres millones y medio de habitantes que haya sido capaz de influir en toda la música y estética que se produce actualmente. Se acabó la influencia anglo americana, ahora se cantan en español letras igual de malas que las que se cantaban en inglés. Las discográficas se frotan las manos porque gusta a un grupo de edad muy amplio, desde críos hasta maduritos que lo bailan en el gym. Quién sabe, lo mismo dura lo que ha durado el Pop. Lo que está claro es que ha habido un cambio de tendencia. O te gusta el Indie o lo latino, no hay más opciones, lo tienes bien jodido querido tío.
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  • Tu generación, (Generación Z o Centennials , (1997-2011) nacéis con la tecnología móvil, toda la información que consumís es audiovisual y sois muy influenciables por las redes sociales) es la que va a acabar con la vida tal como la conocíamos. Adiós a la cultura, no queréis poseerla, en un móvil tenéis todo y con esa calidad os conformáis. Vivís sin mirar el espejo retrovisor y apenas hacia adelante porque camináis con la mirada bajada hacia el móvil capturando Pokemon y ajenos a cualquier sonido e interacción con el mundo que os rodea, ya que siempre vais con cascos. Hemos pasado de las anteojeras de tus abuelos a la autoburbuja en que vivís. Desde un punto de vista ecológico sois una generación fallida, ya que no interaccionáis con el entorno en el que vivís. Vivís por y para el móvil, el nuevo becerro de oro.
  • Pero somos la generación que más música consume.
  • Querrás decir la que más música escucha, porque solo consumís lo gratis. ¿Cuántas plataformas pagas? Ninguna.
  • Pues la que más música escucha, tienes razón, pienso que te estás equivocando igual que cuando tú pensabas que tu padre se estaba equivocando cuando soltó aquel "¡Bah! locos" al terminar el Rock and Ríos en TVE. Cada generación piensa que lo suyo es lo mejor, desecha lo anterior como una forma de ruptura y rebeldía, los dos estamos equivocados al pensar esto. Las músicas y la sociedad van cambiando con los tiempos y son distintas, más provocativas tal vez, para poder llamar la atención, pero a mi me parecen de la misma calidad que la que tú escuchas. Igual que cuando Malévich pinto su cuadro "Blanco sobre blanco".
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  • Entonces estamos hablando de cosas distintas, yo hablo de músicos y tú de "artistas" que no sé muy bien la definición del término en cuestión. Me parece una tomadura de pelo. Porque una cosa es hacer música sencilla, aparentemente fácil, y crear obras maestras como hizo Sting (con un acorde hace obras maestras como "Fields of gold" o "Shape of my heart"), o hasta el propio Beethoven, que de una melodía de lo más simple y pueril (como las cuatro notas del comienzo y primera parte de su Quinta sinfonía, o las dos notas del comienzo del Allegretto de su Séptima sinfonía) hacía una monstruosidad que te conectaba con lo más interno de ti; y otra cosa muy distinta es hacer música fácil, simple y hasta ñoña, que es la que triunfa y más se escucha actualmente. Hace poco leía entrevistas antiguas de Ramoncín y se preguntaba que por qué hay músicas que no suenan en la radio, ni salen por la tele. Le contestaban que porque no eran comerciales y no vendían. A lo que él replicaba, pínchame una canción mía en los 40 principales a todas horas y ya veremos si vende o no vende. Sois altamente influenciables y eso es lo que más miedo me da, porque eso mismo también lo sabe la esfera de poder. Sois la generación del futuro y os han quitado todas las herramientas para poder juzgar y diferenciar lo malo de lo bueno, lo bueno de lo excelente, y lo excelente de lo grandioso o sublime y no os habéis enterado. Sois unos moñas y como tal escucháis a moñas de la peor forma posible. Sois una generación superficial con todos vuestros "super", "mega", "híper", delante de cada adjetivo. Pero tranquila, seréis triste y ampliamente superados por la Generación Alpha , (2012-actualidad) primera generación 100% digital y directamente educados por pantallas táctiles de las que serán adictos. En el futuro estaréis todos sordos prematuramente y en tratamiento para dejar la adicción al móvil, igual que ahora los Baby boomers están en tratamiento para dejar el tabaco y el alcohol.
  • Lo ves tío, cada generación lleva su lastre y por eso no es ni mejor ni peor. Yo no puedo permanecer quieta durante horas escuchando música sentada en silencio mirando el equipo, o leyendo un libro sin ningún ruido, me parece una pérdida de tiempo. Tal vez ese "clic" que te ha hecho la cabeza es más grave de lo que tú te crees y el enfermo/defectuoso eres tú. Porque muy bien no estás cuando tienes todos esos aparatos en constante rotación para poder escuchar música, los miles de discos, pelis, libros y revistas. Toda tu vida y cómo vives la ha marcado la sala de música. Chalados como tú no debe de haber muchos, al menos yo no conozco a nadie.
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  • La Generación X es que somos muy curiosos y nos ha gustado mucho experimentar. Mi adolescencia y juventud la pasé en bibliotecas públicas (la de La Casa de las Conchas, en Salamanca, tenía una hemeroteca de ensueño) leyendo revistas musicales, de fotografía y de decoración y era el más feliz del mundo con Cuadernos de Jazz (en francés), Rockdelux, Efe eme, Ritmo, Scherzo. Ahí conocí el mundo de la alta fidelidad y más tarde con revistas como On off y Alta fidelidad entré más de lleno. Después vendrían las revistas internacionales, ahora online, que marcaban las pautas.
  • Lo que te digo, chalado y raro. ¿Pero qué joven entra en una biblioteca a leer? Estás fatal de lo tuyo tío mío.
  • Mira, por suerte en mi trabajo somos tres generaciones, la X, la Y y la Z. Los tres que somos de la X leemos, estamos informados, tenemos curiosidad casi por todo, pagamos la música que escuchamos y tenemos conocimientos de grupos musicales del pasado, de nuestra época y algunos famosos del presente. Los cinco que son de la Y apenas leen, no están informados, del pasado no saben casi nada, la poca música que consumen es gratuita o de la radio y conocen pocos grupos musicales del pasado anteriores a su nacimiento. Es como si para ellos solo existiera el presente, su presente, y antes de ellos no hubiera habido nada que pueda llamar su atención. La de la Z, ni lee, ni se informa, ni nada. Todo su conocimiento se limita a lo que sale en redes como Tiktok e Instagram. No concibe poder prestar atención a algo que dure más de dos minutos. El otro día me preguntó que si la música de piano que sonaba en una publicación mía de Instagram era de Chopin. ¿Todavía no estará todo perdido? ¿Hay espacio para la esperanza, por muy remota que sea? No lo sé, pero a mí Beethoven me jodió la vida.
  • Tío, ¿bailamos esta de Quevedo?
  • Venga.


  • Nota: Cualquier parecido con la realidad es pura casualidad, todo es fruto de mis erróneas conexiones neuronales.

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